
Investigando acerca del tinto de verano me encuentro con una nota del diario El País en España que me cuenta un poco de historia:
«El tinto de verano es un «pelotazo» que se dice que nació en los años 20 en una pequeña venta cordobesa llamada ‘Venta de Vargas’. Al parecer, el asfixiante calor de Córdoba hizo agudizar el ingenio de Antonio Vargas, dueño de la ‘Venta’, y comenzó a mitigar los sudores de toda su clientela, sirviendo su vino de la casa mezclado con sifón. También se decía que el vino que se servía era de Valdepeñas, aunque cualquier vino era bueno si la sed apremiaba. La ‘Venta’ se convirtió en centro de reunión de los más granado del cante y el baile andaluz, por lo que el brebaje pasaría a la posteridad como uno de los grandes inventos culinarios españoles del siglo XX. Gracias Antonio, tú sí que vales.
En los años 60, en pleno despertar del turismo en España, el tinto de verano se convirtió en uno de los referentes de la modernidad y la juventud de la época. Mientras que el vino con gaseosa era imprescindible en la mesa, el tinto de verano se convirtió en el cóctel perfecto del cine y la televisión. En realidad eran la misma bebida, pero el tinto de verano se servía en un vaso molón, con una rodaja de limón o naranja y, en algunos casos, con unas gotas de vermú. Como véis, la generación de nuestros padres estaba bien preparada en esto del packaging.»
Bueno como vieron, alguien invento el famoso «sodeado», pero eso no era lo que yo estaba buscando, sino en realidad quería saber de esta nueva tendencia que aparece desde hace unos años, en el mercado de Tintos para beber fríos. «Fresh» Malbec de Verano de Bodega Krontiras y «Tintillo» Bonarda de Zuccardi.
Sigo navegando y me encuentro con una nota de MARISSA A. ROSS que dice:
El vino tinto sí se puede beber frío
Cada verano pasa lo mismo. A medida que el calor se vuelve opresivo, los bebedores de vino se vuelven obsesivos por el rosado o se inclinan por el pinot gris. Esta afición durante el clima cálido no es infundada, pues hace mucho calor y quieres beber algo que te enfríe.
Cuando los vinos tintos están ligeramente fríos, sus aromas y sabores se ajustan. Este ajuste provoca que se active la acidez y la frescura que no encontrarás en el vino a temperatura ambiente. Esta frescura elimina el efecto de lo que se conoce como «borracho de vino tinto». Es diferente para cada quien, pero sabes exactamente de lo que estoy hablando. Te vas a perder algunos de los sabores más profundos, pero esos son lo que estás evitando, de todos modos, por el calor.
Marissa recomienda usar para estas prácticas cualquier vino de cuerpo ligero y afrutado. Los vinos biodinámicos, orgánicos y naturales también funcionan muy bien para esto porque son tan jóvenes y puros.
Bien, pero tampoco llegamos adonde quería, así que nada, no hay por ahora una definición para estos vinos tintos que sus enologos nos recomiendan consumir de 8º a 10ºC, entonces cual es la diferencia de estos «tintos de verano».
Porque estos tintos si y otros no?
En vinos tintos normales las bajas temperaturas suelen remarcar sus taninos y aplacar la intensidad aromática y en el caso de los criados en roble la madera también tiende a sentirse en el primer plano, lo cual no es agradable.
Pero en estos tintos para beber fríos, la clave parece ser la “maceración carbónica” (MC). La MC es una técnica que consiste en dejar que fermenten dentro del tanque los racimos enteros sin despalillar ni prensar previamente. De este modo, el peso de los racimos ubicados en la parte superior genera que las uvas que están debajo se rompan, liberando parte del mosto que comienza una fermentación alcohólica (FA). De esa fermentación se libera el dióxido de carbono (CO2) que desplaza el oxígeno que hay en el tanque y, en ausencia de este último, las levaduras pasan de una respiración aeróbica a una anaeróbica, lo cual propicia la atmósfera ideal para que cada grano inicie lo que se llama su propia fermentación intracelular.
Los vinos obtenidos a partir de este proceso suelen ser bien frutados y con menos contenido de taninos, en resultado son vinos tintos livianos, refrescantes, de acidez vibrante, bebibles. solo resta decir que vale la pena probarlos y disfrutar de su frescura ahora que se acercan los días cálidos.